
El Día Mundial de la Sepsis se celebra el 13 de septiembre de cada año desde 2012. Surgió como una iniciativa de la Alianza Global de la Sepsis y sus miembros fundadores con la finalidad de incrementar el alerta de la comunidad y del equipo de salud sobre la sepsis.
La sepsis es una enfermedad que ocurre cuando la respuesta del organismo a una infección daña sus propios órganos y tejidos. Puede conducir a un colapso circulatorio conocido como shock, a mal funcionamiento de diversos órganos y a la muerte, especialmente si no es reconocida y tratada a tiempo.
Este síndrome fue identificado desde tiempos antiguos e Hipócrates la describió como un proceso mediante el cual la carne se descompone. Aún hoy, a pesar de su alta y creciente incidencia, es una enfermedad muy poco conocida por el público y suele diagnosticarse demasiado tarde.
En una encuesta realizada en Estados Unidos y Europa, entre un 80% y un 90% de la población no estaba familiarizada con la palabra sepsis, y aquellos que si lo estaban desconocían que se trataba de una de las principales causas de muerte.
Si bien la aplicación de ciertas medidas terapéuticas en las primeras horas de tratamiento pueden reducir la mortalidad, menos de uno cada siete pacientes recibe este tratamiento en los tiempos adecuados.