Las manchas rojas en la piel y la fiebre son dos síntomas característicos del sarampión, una enfermedad causada por un virus de la familia de los paramixovirus.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) explica que el primer signo de sarampión suele ser la fiebre alta, que comienza unos 10 o 12 días después de la exposición al virus y dura entre 4 y 7 días.
“En la fase inicial, el paciente puede presentar rinorrea (secreción nasal), tos, ojos llorosos y rojos y pequeñas manchas blancas en la cara interna de las mejillas”, apunta esta entidad.
Asimismo, explica que al cabo de varios días aparece un exantema (erupción en la piel de color rojizo), generalmente en el rostro y en la parte superior del cuello, que se extiende en unos 3 días y acaba por afectar a las manos y los pies.
“El exantema dura unos 5 o 6 días y luego se desvanece. El intervalo entre la exposición al virus y la aparición del exantema oscila entre 7 y 18 días”, aclara.
Síntomas del sarampión
“Mucha gente considera que el sarampión es una enfermedad propia de la infancia que se supera y que no tiene muchas consecuencias. Sin embargo, sobre todo para quienes no han recibido una correcta vacunación, existe la posibilidad de que se produzca una serie de complicaciones como encefalitis (inflamación cerebral), diarrea, neumonía o sordera”, según la OMS.
Incluso, se estima que entre 1 y 3 de cada 1000 infectados fallecen”, señala Luis Ignacio Martínez Alcorta, miembro del Servicio de Medicina Preventiva del Hospital Universitario Donostia de San Sebastián.
Además, el sarampión es una enfermedad muy contagiosa. “De hecho, es la enfermedad infecciosa más transmisible que hay”, añade el doctor Martínez, que también es vocal de Innovación de la Junta Directiva de la Asociación Española de Vacunología y director del sitio web “vacunas.org”.
El especialista detalla que el virus del sarampión se transmite por vía respiratoria, mediante las pequeñas partículas que emite una persona infectada cuando habla, tose o estornuda y que quedan suspendidas en el aire y pueden llegar incluso a varios metros de distancia.
Fortalecer los sistemas de salud
“Aunque una enfermedad no esté circulando en un lugar concreto, es muy importante seguir teniendo altas coberturas vacunales. Si no se alcanza la cifra necesaria de personas vacunadas, puede ocurrir, por ejemplo, que alguien adquiera el virus en un viaje y al regresar a su lugar de origen se lo contagie a otras personas y se produzca un brote”, manifiesta.
Esto es especialmente peligroso para quienes, por determinadas razones de salud, no pueden recibir la vacuna, como “los niños que tienen afectado su sistema inmunológico por una enfermedad hematológica o un tratamiento como la quimioterapia o la radioterapia”, destaca.
En este sentido, la OMS manifiesta que desde el año 2000 se han salvado más de 21 millones de vidas gracias a la vacunación contra el sarampión. Sin embargo, los casos notificados en el mundo aumentaron en más de un 30% desde 2016. Las regiones de las Américas, el Mediterráneo Oriental y Europa son las que han experimentado un mayor incremento del número de casos.
FUENTE: EFESALUD