Se conoce como implante coclear al dispositivo que se inserta en el oído interno a través de una cirugía para recuperar la audición.
Leopoldo Deive, otorrinolaringólogo de los Centros de Diagnóstico, Medicina Avanzada y Telemedicina (Cedimat), asegura que los implantes cocleares son dispositivos eléctricos que transforman los ruidos y sonidos ambientales en energía eléctrica, que es convertida en impulsos nerviosos, lo que a su vez se trasmiten por el nervio auditivo hasta el área del cerebro que decodifica y da significado a estos estímulos, produciendo así la sensación sonora.
Explica que este tipo de implante fue desarrollado para personas con una pérdida auditiva neurosensorial de severa a profunda bilateral.
¿Cómo funciona?
Sobre el funcionamiento de este, Deive destaca que el sonido es capturado a través de unos micrófonos ubicados en el procesador; una parte tiene la misión de codificar eléctricamente esas señales y enviarlas a un transmisor o bobina que se encuentra colocada en la superficie de la piel, sujetada a través de unos imanes que están ubicados uno en el mismo trasmisor y otro en el receptor-estimulador.
“Las señales emitidas mediante técnica de radiofrecuencia modulada por el transmisor son recogidas por una antena conectada en el
Deive especifica que este implante consta de dos componentes principales, uno interno (el implante) y uno externo (el procesador del habla).
Su historia
Sobre el desarrollo de este instrumento, cuenta que la historia médica relata que el 25 de febrero de 1957 el doctor C. Eyries y el ingeniero A. Djourno colocaron en el oído interno, a través de un procedimiento quirúrgico, el primer dispositivo capaz de estimular eléctricamente el nervio auditivo provocando una estimulación sonora.
El especialista reconoce que este hecho marcó el inicio de una gran carrera en el desarrollo tecnológico de los implantes cocleares, permitiendo hasta la fecha que más de 400,000 personas en el mundo hayan recuperado o desarrollado su audición.
“Esta tecnología, que en aquellos tiempos era puramente experimental se ha convertido en el tratamiento de elección en aquellas sorderas de origen neurosensorial que no obtengan un desenvolvimiento esperado con el uso de audífonos convencionales”, destaca Deive.
Los candidatos
El otorrino especifica que no todas las personas que no escuchan son candidatos a implantarse, debido a que se deben cumplir unos requisitos para garantizar unos buenos resultados.
En el caso de la población infantil y adolescentes (0-18 años) son pérdida auditiva severa (71-90 dB) o profunda (>91 dB) en niños a partir de los seis meses de edad. Se debe verificar en qué medida el desarrollo del lenguaje está correlacionado con la edad cronológica y el desarrollo cognitivo. Se debe considerar, también, a aquellos niños que no han tenido ningún o escaso beneficio con audífono después de un período de prueba de 3 -6 meses o pérdidas prelocutivas, perilocutivas y postlocutivas (según el momento de aparición de la pérdida con el momento de la adquisición del lenguaje).
Estudio especializado
Luego de estas evaluaciones, y si el niño califica, Deive destaca que se requieren estudios de imagen RMN o RMN +TAC que confirmen la viabilidad de introducción de los electrodos en la cóclea y evaluación psicológica, pediátrica y neurológica positiva.
Se recomienda el implante a una edad temprana, alrededor de los 12-18 meses, ya que la audición tiene un papel fundamental en el desarrollo del lenguaje.
En el caso de los adultos, el doctor explica que es necesario evaluar primero si presenta pérdida auditiva severa (71-90 dB) o profunda (>91 dB) en el rango de frecuencias conversacionales, hipoacusia poslocutiva o prelocutiva, (no aplican las prelocutivas).
Otro elemento a considerar es si la persona no presenta beneficio en la utilización de audífono después de un período de prueba de 3 -6 meses (menos de 40% de discriminación a 65 db SPL).
En el adulto
El especialista explica que para optar por un implante coclear, el adulto debe someterse a estudios de imagen RMN o RMN +TAC que confirmen la viabilidad de introducción de los electrodos en la cóclea y tener la convicción de la mejoría auditiva que le aportará el implante, los cuales se traducirán en beneficios a nivel personal y socialmente.
“Debemos contar con ciertos requisitos, tanto tecnológicos como humanos, para garantizar a los pacientes unos óptimos resultados.
En el Cedimat contamos con un grupo de profesionales altamente cualificados y la tecnología de vanguardia para garantizar un buen resultado en el tratamiento rehabilitador”, asegura Deive.
Las situaciones en las que no es favorable
Existen situaciones en la cual la implantación está contraindicada, como por ejemplo, la agenesia bilateral de la cóclea, es decir, aquellas personas que no desarrollaron ese órgano durante su formación embrionaria, personas con pérdida de la función de la vía auditiva, sorderas originadas en el sistema nervioso central, enfermedades psiquiátricas severas, situaciones que no permitan que puedan ser sometidos a una anestesia general, poca motivación a la implantación y ausencia de criterios radiológicos.
Fuente:https://eldia.com.do