EUROPA PRESS) -Un ensayo clínico liderado por el profesor George Kitas, miembro de Dudley Group NHS Foundation Trust (Inglaterra), ha demostrado que las estatinas pueden prevenir riesgos cardiovasculares en pacientes que sufren artritis reumatoide.
Los pacientes que sufren esta patología presentan un mayor riesgo de padecer ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares. Por ello, este estudio, publicado en ‘Arthritis & Rheumatology’, se ha basado en investigar los riesgos y beneficios que las estatinas suponen en estos afectados.
La muestra ha estado formada por 3.002 pacientes mayores de 50 que padecen artritis reumatoide desde hace más de 10 años, sin aterosclerosis clínica, diabetes o miopatía. Al azar, los pacientes recibieron 40 miligramos de atorvastatina, un fármaco de la familia de las estatinas, o placebo por día.
El seguimiento de estos pacientes se ha llevado a cabo durante 2,5 años. Durante este proceso, el 1,6 por ciento de los participantes que recibieron atorvastatina y el 2,4 de los que tomaron placebo experimentaron acontecimientos cardiovaculares. Así, se ha podido apreciar un menor riesgo de estos eventos en los pacientes que han ingerido atorvastatina.
Al final del ensayo, los pacientes que han tomado esta sustancia han presentado un colesterol LDL más bajo, al igual que la disminución en los niveles de proteína C, en comparación con los pacientes que probaron placebo.
«El ensayo ha demostrado que la estatina permite reducir los niveles de colesterol. Los resultados también han señalado que tomar estatina es seguro tanto para pacientes con artritis reumatoide como para la población en general», ha destacado Deborah Symmons, profesora de la Universidad de Manchester (Inglaterra) y co-autora del estudio.
En este contexto, la docente ha añadido que debido a la baja tasa de eventos cardiovasculares en los participantes no hay ninguna indicación para que todos los pacientes con artritis reumatoide tengan que tomar estatina. Sin embargo, los autores del estudio recomiendan su prescripción para el manejo del riesgo cardiovascular