La periodontitis no solo aumenta el riesgo de padecer ictus isquémico y demencia de tipo Alzheimer, sino que también se considera que diferentes intervenciones de salud oral pueden reducir el riesgo de sufrir estos desórdenes neurológicos.
Son las principales conclusiones que se extraen de un riguroso y exhaustivo informe de consenso llevado a cabo por el grupo de trabajo conjunto de la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA) y la Sociedad Española de Neurología (SEN). Además, se apuntan algunas recomendaciones prácticas tanto para los odontólogos como los neurólogos.
En los últimos años se han acumulado nuevos estudios que apuntan una
sugerente vinculación entre la periodontitis y algunas enfermedades neurológicas. Como
apunta el Dr. Miguel Carasol, coordinador de los grupos de trabajo de SEPA, “de ahí
surge la necesidad de revisar la evidencia científica de esta relación, así como el
interés por extraer algunas conclusiones y consejos sobre cómo actuar con los
pacientes con periodontitis y enfermedades neurológicas, que sean de utilidad tanto
para el odontólogo como para el neurólogo y, en definitiva, para la población general”.
De todas las enfermedades neurológicas, en este informe se han analizado las
dos sobre las que existe una mayor evidencia científica de su relación con la periodontitis:
la enfermedad cerebrovascular y la demencia. Como revela el Dr. José Vivancos,
neurólogo y miembro del grupo de trabajo SEPA-SEN, “la principal dificultad a la hora de
elaborar el informe ha sido sintetizar toda la literatura disponible al respecto, así como
incluir en la medida de lo posible estudios con una buena calidad metodológica”.
El informe reporta la evidencia desde tres puntos claramente definidos: la
asociación epidemiológica entre la periodontitis y estas dos enfermedades
neurológicas, los mecanismos biológicos que puedan explicar estas asociaciones y los
estudios de intervención sobre el efecto del tratamiento periodontal como medida
preventiva primaria o secundaria de ictus y demencia.
Asociación epidemiológica
Las enfermedades neurológicas, entre las que destacan por su frecuencia y
morbimortalidad las enfermedades cerebrovasculares y las demencias, constituyen un
grave problema de salud pública, siendo muy relevantes los enormes problemas de
discapacidad que comportan. En los últimos años, a los factores de riesgo conocidos en
la aparición y progresión de estas enfermedades, se ha valorado que la periodontitis
pueda influir de alguna manera en la etiopatogenia de estos cuadros neurológicos.
Atendiendo a los datos epidemiológicos extraídos de estudios evaluados en este
informe, “se estima que las personas con periodontitis tienen 1,7 veces más riesgo de
padecer demencia tipo Alzheimer y 2,8 veces más riesgo de sufrir un ictus isquémico que
las personas periodontalmente sanas”, destaca el Dr. Yago Leira, periodoncista y
coordinador del grupo de trabajo SEPA-SEN, quien recuerda que “la enfermedad
periodontal es muy frecuente entre la población adulta (se estima que 8 de cada 10
españoles tienen algún grado o tipo de enfermedad periodontal)”; además, como apunta
la Dra. Ana Frank, jefe de Servicio de Neurología del Hospital Universitario La Paz
(Madrid) e integrante del grupo SEPA-SEN “esta enfermedad de las encías resulta
especialmente habitual entre la población anciana, aunque generalmente pasa
desapercibida y/o no se le presta la suficiente atención”.
La inflamación, presunta ‘culpable’ Ahora, como aconseja la Dra. Frank “sería muy importante disponer de estudios epidemiológicos que confirmasen esta relación y, sobre todo, estudios que nos ayudasen a conocer en detalle los mecanismos implicados”.
En este sentido, las sospechas giran, fundamentalmente, sobre la hipótesis inflamatoria; en concreto, como explica esta experta, “se especula que esta vinculación puede deberse al efecto inflamatorio que produce la periodontitis, una inflamación crónica y de bajo grado pero persistente en el organismo y que desencadena una cascada inflamatoria, que termina no sólo provocando consecuencias negativas a nivel neurológico sino también en otros órganos diana, lo que explicaría su incidencia también en la salud cardiovascular o la diabetes”.
En concreto, en la enfermedad cerebrovascular isquémica, existe evidencia
experimental sobre cómo la respuesta inmunoinflamatoria crónica de la periodontitis
desencadenaría un estado protrombótico de hipercoagulabilidad y de disfunción del
endotelio vascular que puede aumentar el riesgo de embolismo/trombosis cerebral.
En el caso de la enfermedad de Alzheimer, según detalla el periodoncista Yago
Leira, “multitud de estudios en animales han demostrado que las bacteriemias y
endotoxemias que se producen en la periodontitis, junto con un estado de inflamación
crónica de bajo grado, contribuyen de manera significativa al desarrollo de procesos
Como concluye la vicepresidenta de SEPA, la Dra. Paula Matesanz, “el resultado
del informe muestra que la periodontitis aumenta el riesgo de padecer ictus
isquémico y demencia de tipo Alzheimer”.
Según resalta el Dr. José Miguel Láinez, presidente de la Sociedad Española de Neurología (SEN), “marcadores de riesgo como la periodontitis son de gran ayuda para tratar de evitar, reducir o minimizar el impacto de estos desórdenes neurológicos”.
De todas las enfermedades neurológicas, en este informe se han analizado las
dos sobre las que existe una mayor evidencia científica de su relación con la periodontitis:
la enfermedad cerebrovascular y la demencia. Como revela el Dr. José Vivancos,
neurólogo y miembro del grupo de trabajo SEPA-SEN, “la principal dificultad a la hora de
elaborar el informe ha sido sintetizar toda la literatura disponible al respecto, así como
incluir en la medida de lo posible estudios con una buena calidad metodológica”.
El informe reporta la evidencia desde tres puntos claramente definidos: la
asociación epidemiológica entre la periodontitis y estas dos enfermedades
neurológicas, los mecanismos biológicos que puedan explicar estas asociaciones y los
estudios de intervención sobre el efecto del tratamiento periodontal como medida
preventiva primaria o secundaria de ictus y demencia.