Santo Domingo. – Cada vez más jóvenes dominicanos enfrentan las consecuencias devastadoras de los accidentes cerebrovasculares (ACV). Según datos recientes compartidos por la Fundación Dominicana de Accidente Cerebral (Fundace), entre un 75% y un 80% de los adultos jóvenes que reciben atención presentan secuelas que afectan su calidad de vida de forma significativa.
El presidente de Fundace, Feliz Vinicio Lora, psicólogo clínico y periodista, advirtió sobre el notable incremento de casos en personas entre los 21 y 43 años, una tendencia confirmada por estudios internacionales publicados este año por las prestigiosas revistas Stroke y The Lancet.
“Estamos viendo un fenómeno preocupante: jóvenes activos, estudiantes o profesionales, que de un momento a otro deben enfrentar limitaciones físicas, cognitivas o emocionales causadas por un ACV”, señaló Lora, quien también es sobreviviente de esta condición.
Los efectos, explica, son variados e incluyen desde problemas motores y del habla, hasta dificultades en la memoria, visión, audición y razonamiento. A esto se suman alteraciones emocionales como ansiedad, depresión, miedo y frustración, lo que agrava el proceso de recuperación e inserción social.
Frente a este panorama, Fundace ha lanzado la campaña “A los jóvenes también les… ACV”, en conjunto con la Sociedad Dominicana de Neurointervención y Neurología Vascular, con el objetivo de crear conciencia sobre los factores de riesgo en población joven, sin importar el sexo ni antecedentes familiares.
La iniciativa culminará con la cuarta edición de la caminata “Ejercitando el cerebro”, programada para el domingo 26 de octubre a las 9:00 a.m. en el Parque Iberoamérica, donde se espera la participación de cientos de personas comprometidas con la prevención y educación en salud cerebral.
El evento cuenta con el apoyo del Sistema Nacional de Salud (SNS), el Ministerio de Interior y Policía, así como de entidades bancarias como Banco Popular y Banco BHD, en respaldo a una causa que busca salvar vidas a través del conocimiento y la acción temprana.
“Hoy más que nunca, debemos mirar el ACV como una amenaza real para nuestra juventud. Educar, prevenir y actuar a tiempo puede marcar la diferencia entre la vida y la discapacidad permanente”, concluyó Lora.