La Muerte de la Dra. VIRGINIA ALVAREZ, debe llamar la atención de las autoridades sanitaria del país, ya que por atender a paciente en tiempo de Covid-19, los médicos no tenemos garantía social ni económica no tenemos seguro de vida, no tenemos capítulo tan poco en el sistema de seguridad social, que garantiza en cierta forma de una pensión de sucesión, para el cónyuge o para el hijo más pequeño hasta que tenga la mayoría de edad (18 años).
El covid-19 y la muerte de la Dra Alvarez deben llamar a una reflexión del papel del médico antes y después del Coronavirus.
A los médicos con lo letal y agresivo de este fantasma sin forma, sin aspecto, solo nos queda unirnos y pedir que lleguen los insumos necesarios y los kits de aislamiento para estos casos y cuando no existan, no hacernos héroes frente a los pacientes, pues de actuar sin protección se llama ante nuestra familia asesinato sanitario, es muy bueno frenar desde oficinas con aires acondicionados estadísticas de infectados o y de muertes, esta muerte no puede quedar impune, ya que debe obligar ahora que se hará un cambio de gobierno a revisar un presupuesto pirrico en salud que habrá un espacio mucho más amplio con partida en salud donde el médico no sea un héroe sino un productor de atención valorado social y financieramente, y no lo que somos obreros laborales.
El sistema de seguridad social debe contemplar o tomar en cuenta esta injusticia, el Mispas y el SNS, ya debieron dejar fijo este incentivo del Covid-19 pues a pesar de la reforma de salud, que habla de otros incentivos siguen siendo los mismos incentivos del código trujillo de salud con sus modificaciones ley 4471, llegó la hora de que se inicie para todos los médicos en reconocimiento a su entrega de la Dra Alvarez y los demás médicos que se han contagiado o han perdido la vida en atención a los pacientes, ya que si tienen dinero para celebrar elecciones, también debe que haber para aquellos que con nuestra vida luchamos para que las estadísticas del país no se ponga más en rojo.
Este incentivo fijo debe llamarse Dra Virginia Álvarez y aún así jamás podremos para sus familiares y la clase médica reparar su desaparición física. Ayer una villana hoy. Una HÉROE.. QUE injusticia tiene la vida.
Por: Dr. Santos Ramírez Uribe