Estados Unidos enfrenta un nuevo brote de sarampión, con Texas como uno de los principales focos de contagio. Hasta la fecha, se han confirmado al menos 48 casos en el estado, principalmente en el condado de Gaines, donde las tasas de vacunación son alarmantemente bajas. Las autoridades sanitarias advierten que, sin medidas de contención inmediatas, el brote podría expandirse a otras regiones, poniendo en riesgo a más personas no vacunadas.
El sarampión es un problema de salud pública global. Aunque fue declarado eliminado en Estados Unidos en el año 2000, el país ha experimentado brotes esporádicos, como el de 2019, que casi le costó su estatus de eliminación con cerca de 1.300 casos. Tras la disminución de contagios durante la pandemia de COVID-19, el sarampión ha resurgido, impulsado por la caída en las tasas de vacunación y el aumento de exenciones por motivos de conciencia.
El virus es altamente contagioso y se transmite por vía respiratoria, pudiendo permanecer en el aire durante horas. Sus síntomas incluyen fiebre, tos, secreción nasal y una erupción cutánea característica. Aunque la mayoría de los afectados se recupera, pueden presentarse complicaciones graves como neumonía y encefalitis. Según los CDC, una de cada cinco personas no vacunadas que contraen la enfermedad requiere hospitalización.
Uno de los factores clave en la propagación del brote es el descenso de la cobertura de vacunación. En Texas, solo el 82% de los alumnos de primaria están inmunizados contra el sarampión, cifra inferior al objetivo federal del 95%. La desinformación sobre las vacunas, impulsada por figuras como Robert F. Kennedy Jr., actual secretario de Salud y Servicios Humanos, ha generado preocupación entre los expertos, quienes temen un aumento del escepticismo y la reaparición de enfermedades prevenibles.
Para contener el brote, se han establecido centros de vacunación de emergencia en Texas, y los CDC han enviado 2.000 dosis de la vacuna triple vírica. Sin embargo, el problema no se limita a este estado, ya que otros como Nuevo México, Alaska, Georgia, Nueva York y Rhode Island también han reportado casos. La detección de un contagio en un adolescente de Nuevo México sin antecedentes de viaje a Texas refuerza la alerta sobre la posible propagación del virus a nivel nacional.
El sarampión es una enfermedad viral altamente contagiosa que afecta principalmente a niños, aunque puede presentarse en adultos no inmunizados. A pesar de que fue declarado eliminado en varios países, ha resurgido en diversas regiones debido a la disminución de las tasas de vacunación. Se considera una enfermedad grave, ya que puede causar complicaciones como neumonía, encefalitis e incluso la muerte, especialmente en niños pequeños y personas con sistemas inmunitarios debilitados.
El agente etiológico del sarampión es el virus del sarampión, un virus de la familia Paramyxoviridae y del género Morbillivirus. Este virus es exclusivo de los seres humanos y no tiene reservorios animales conocidos. Su capacidad de propagación es extremadamente alta, lo que lo convierte en una de las enfermedades infecciosas más transmisibles.
La transmisión del virus ocurre por contacto directo con secreciones respiratorias o mediante la inhalación de gotas en el aire expulsadas por una persona infectada al toser o estornudar. Además, el virus puede permanecer suspendido en el aire o en superficies durante varias horas, aumentando el riesgo de contagio en lugares cerrados y concurridos.
Los síntomas del sarampión comienzan con fiebre alta, tos, secreción nasal y conjuntivitis. Posteriormente, aparece una erupción cutánea característica que comienza en la cara y se extiende al resto del cuerpo. También pueden presentarse manchas de Koplik en la mucosa oral, que son pequeñas lesiones blancas rodeadas de un halo rojizo y son un signo distintivo de la enfermedad.
No existe un tratamiento específico para el sarampión; el manejo se basa en el control de síntomas con antipiréticos, hidratación y, en algunos casos, administración de vitamina A para reducir complicaciones. La principal medida preventiva es la vacunación con la triple vírica (sarampión, paperas y rubéola), la cual es segura y efectiva. Además, en casos de brotes, se recomienda el aislamiento de los enfermos y la inmunización de contactos susceptibles para frenar la propagación del virus.
Para la República Dominicana, debido a los viajes migratorios desde las zonas afectadas, puede suponer un riesgo para las personas que no han sido vacunadas, especialmente niños menores de 5 año. La baja cobertura de vacunación incrementa el riesgo en provincias que presentan esta situación. Es importante revisar el esquema vacunal para acudir al centro de salud mas cercano o de preferencia donde se localice un puesto fijo de vacunación o PFV.