La Asociación Nacional de Enfermería (Asonaen) Junta de vecinos de la Ciudad Colonial reclamaron del Gobierno concluir la intervención del Hospital Padre Billini y entregarlo rehabilitado, debido a que el cierre ha provocado ciento de muertes por la saturación de pacientes en otros centros de salud de la capital.
Al culpar al Gobierno de esas muertes, dirigentes de esas entidades afirmaron que el Servicio Nacional de Salud, el Ministerio de Salud Pública y la Oficina de Ingenieros Supervisores de Obras del Estado (OISOE) han querido destruir el hospital para dar paso a un centro de salud destinado a turistas.
Ofrecieron sus declaraciones en el programa Milagros desde la Z y al ser entrevistados por Milagros Ortiz Bosch, rechazaron que el hospital pudiera colapsar por una avería detectada en una tubería ubicada debajo de la parroquia ubicada al lado del centro de salud, por alegado descenso del terreno y por una supuesta correntía de agua marina.
La presidenta de la Unión de Juntas de Vecinos de la Ciudad Colonial, Ruth Gesualdo, dijo que la avería se extendió hasta la escalera de paso a la segunda planta, pero que las autoridades se rehusaron a fortalecerla con una estructura de metal y plantearon como opción la demolición del hospital, y dejaron que el agua amplíe el socavón hasta el mes de agosto pasado, para justificar la destrucción.
Ángel Mendoza, de la Junta de Vecinos de San Antón, explicó que las autoridades dieron un plazo de 48 horas para que pacientes y personal médica abandonaran el hospital, para proceder a los estudios y posterior demolición por alegada insostenibilidad del terreno, pese a ser una estructura de hormigón armado muy resistente.
Gesualdo expresó que “ellos -los funcionarios del Gobierno- vieron la avería como una oportunidad para desmantelar, demoler, el hospital, de conseguir dinero, porque en una reparación que podría gastarse 70 mil pesos, dijeron que eran 70 millones”.
Acusó al director de la OISOE, Francisco Pagán, de resistirse hasta de que entraran al centro de salud a los dirigentes comunitarios, y solo lo permitieron cuando se presentó la diputada Farides Raful, quien pudo ver el caos y la destrucción que realizan.
De su lado, la presidenta de la Asociación Nacional de Enfermeras (Asonaen), Francisca Peguero, se quejó que durante el desmantelamiento del hospital se rompiera o desapareciera