Ante el crecimiento de las enfermedades crónicas en la población, los sistemas sanitarios se enfrentan a la atención de mayores complicaciones médicas, con los mismos recursos y con un déficit de 600.000 profesionales de la salud. De acuerdo con la OPS, las enfermedades crónicas son las responsables del 81% de las muertes en las Américas, lo que equivale a 5.8 millones de personas por año.
Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte y tanto la hipertensión como
la diabetes y el cáncer continúan en aumento, provocando incapacidad o muerte prematura,
especialmente en sectores de la población con ingresos medios y bajos.
El Doctor Paolo Duarte, médico con especialidad en medicina interna, explica que la aparición de
estos padecimientos puede obedecer a diversos factores, como estilos de vida más sedentarios, el estrés
e incluso la contaminación ambiental. “Es muy importante el diagnóstico oportuno y es igual de relevante
el trabajo en equipo con el paciente y su entorno, así como la educación sobre el cuidado de la salud para
poder tener las enfermedades bajo control”.
Victoria Brenes, Directora Ejecutiva de Fedefarma, enfatiza en la necesidad de tomar medidas
para desacelerar la aparición de estas enfermedades. “Además del deterioro del bienestar de la población,
las enfermedades crónicas o no transmisibles suelen ser de larga duración y eso representa una
importante carga para la limitada fuerza laboral de profesionales sanitarios y para los sistemas de salud.
Aunque la incidencia de estas enfermedades es multifactorial, se deben tomar acciones más contundentes
para revertir esta tendencia”.
Del lado de los sistemas de salud, será necesario:
– Ampliar la cobertura, fortalecer los sistemas y mejorar la atención primaria con el fin de
detectar, tratar y mantener bajo control cualquier padecimiento. Además se deben mantener
los programas de alfabetización para sobre estilos de vida saludables.
– Aprovechar la tecnología para ofrecer servicios más personalizados. Adicionalmente, la
telemedicina y las teleconsultas son herramientas que podrían ampliar la cobertura sanitaria.
– Aumentar la inversión en salud pública y optimizar el gasto. De acuerdo con un estudio
realizado por la Universidad de São Paulo, aunque la inversión en salud ha venido
aumentando en la última década, aún no se cuenta con suficientes recursos financieros
públicos ni del personal e infraestructura necesaria para brindar servicios a toda la población.
– Implementar mejores prácticas en cuanto a las compras públicas y reducir los tiempos de
introducción de tratamientos innovadores, los cuales pueden tardar entre 7 y 10 años en
ingresar al seguro social.
– Considerar el gasto en salud como una inversión, que además debe contemplar las
tendencias demográficas, como el envejecimiento de la población ya que esto aumenta la
demanda de servicios de salud.
Del lado de la población:
– Cuidar de la salud como el mayor patrimonio con el que se cuenta para ser productivos y tener
una vida plena.
– Tener buenos hábitos, alimentación sana, actividad física y evitar el consumo de tabaco y el
sobrepeso, ya que esto aumenta el riesgo de padecer otras enfermedades como la diabetes y
la hipertensión.
– Educarse sobre la salud y activar el autocuidado como una buena práctica que impacta
positivamente en toda la población.
Para la OMS, las enfermedades crónicas son una creciente epidemia que requiere un compromiso global.
Como parte de las medidas a tomar, en el 2025 celebrarán una nueva Reunión de Alto Nivel con el fin de
dar seguimiento a las medidas para prevenir y controlar las enfermedades no transmisibles.