Actualmente el suicidio es una emergencia de salud pública y ha llegado al punto de
considerarse una pandemia, afectando a aproximadamente 800,000 personas cada año y
convirtíendose así en la segunda mayor causa de muerte en jóvenes de entre 15 y 29 años de edad.
En República Dominicana esto no es una excepción, ya que en el periodo 2018-2019
hubo una cantidad de 1255 suicidios, mientras que en el año 2020 este acto autolesivo ha ido en aumento. Esta situación no está únicamente reservada a comunidades de bajos ingresos,donde gran parte de los suicidios ocurren en los países de medianos o bajos recursos, sino que también afecta a los países con comunidades más privilegiadas (1,2).
Ahora bien, ¿existe una manera de detectar una persona propensa al suicidio? Aunque suene
extraño, la respuesta es sí. Existen ciertas anomalías genéticas que pueden causar
anormalidades en el metabolismo del ser humano, como puede ser la alteración de la
serotonina, la cual cumple su función como un neurotransmisor en el control de distintas
actitudes y cambios en el cuerpo, como pueden ser la temperatura corporal, sentimientos de
agresión, ira, sueño, humor, y que está relacionada con la causante número uno de los
suicidios a nivel global, la depresión (3).
Los cambios genéticos son cruciales en el desarrollo de una conducta suicida, ya que son los
artífices de los cambios en las concentraciones de ciertos metabolitos y enzimas que son
propensas a causar desórdenes psicológicos, pudiendo inducir al suicidio. Algunos de estos
genes asociados son el gen SLC6A4, el cual está involucrado en la producción y transmisión
de serotonina, y los genes 5-HTR1B y 5-HTR2A, relacionados a los receptores de serotonina
5-HT1B y 5-HT2A, respectivamente. (4)
Existe evidencia de que ciertas irregularidades en el sistema de neurotransmisión
nora-adrenérgica, dopaminérgica y serotoninérgico están relacionadas con depresión,
ansiedad, agresividad y propensión al suicidio. Entre estas evidencias se puede destacar una
disminución de metabolitos de serotoninérgica y de los niveles de receptores de serotonina
plaquetarios en personas con conductas suicidas en comparación con sujetos sanos. Así
mismo, se encontró una relación en la disminución de los niveles de serotonina en el líquido
cefalorraquídeo con en el número de intentos de suicidios y la violencia con la que se intentan
(4).
A su vez se han realizado estudios que han demostrado que tres cuartos de la población que
ha intentado cometer un suicidio violento han tenido altas concentraciones de ácido
5-hidroxiindolacético (5-HIAA) en el líquido cefalorraquídeo, así como niveles altos de
3-metoxi4-hiroxifenilglicol (MHPG), el metabolito más importante de la noradrenalina;
mientras que las bajas concentraciones de ácido homovanílico (HVA), un metabolito de la
dopamina, también es un biomarcador en pacientes con depresión y que habían intentado
suicidarse. Estos tres marcadores pueden ser utilizados para el estudio y prevención de la
depresión en los adolescentes, así como identificar a aquellos que podrían cometer suicidio, se han realizado estudios que presentan la relación existente entre el enzima triptófano hidroxilasa con las tendencias suicidas. Esta es la enzima que limita la velocidad de la síntesis de serotonina, cuando la producción de esta enzima se ve afectada, la baja tasa de renovaciónde este neurotransmisor se ve asociado con un control deficiente de los impulsos, lo que ocasiona que en los pacientes donde se ve afectada esta enzima sean más propensos a tener tendencias suicidas (5).
Además, a nivel enzimático se ha demostrado la implicación que tienen las isoenzimas proteína quinasa C (PKC), las cuales se han encontrado disminuciones de todas sus isoformas en la corteza prefrontal y el hipocampo de adolescentes que se habían suicidado; cabe recalcar que de los sujetos que habían usado antidepresivos, ninguno de ellos tenía niveles de PKC diferentes a los que no las usaban. Otra mención interesante es el hecho de que la actividad de PKC en la membrana y el citosol en las plaquetas se encuentra reducida en aquellos pacientes con trastorno bipolar (6).
Con este artículo se busca promover y hacer conciencia sobre estos cambios en ciertos biomarcadores y de igual forma servir como una base que motive a nuevos investigadores a realizar futuras investigaciones que puedan aportar a prevenir o diagnosticar el riesgo de suicidio utilizando marcadores neurobiológicos, lo que facilitaría enormemente el proceso de los diagnósticos psicológicos que buscan la confirmación de una conducta suicida, por lo cual, este método induciría a una forma más segura y concluyente sobre el análisis del estado psicótico de las personas.
Referencias
1. WHO. Suicidio [Internet]. Organización Mundial de la Salud. 2019 [citado el 14 de
abril de 2021]. Disponible en:
https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/suicide
2. ONE. Suicidios registrados por año y sexo, según grupos de edad, 2007-2019
[Internet]. Oficina Nacional de Estadística. 2019 [citado el 14 de abril de 2021].
Disponible en:
https://www.one.gob.do/culturales-y-convivencia-social/muertes-accidentales-violent
as-y-suicidios/suicidios
3. Sábado LRG, Cárdenas LAM, Rodríguez DLA, González OM, González AM.
CONDUCTA SUICIDA: LA PRESENCIA DE MARCADORES BIOLÓGICOS EN
SU GÉNESIS. Primer Congreso Virtual de Ciencias Básicas Biomédicas en Granma;
2020.
4. Tovilla-Zarate CA, Mendoza ADG. Los Genes, el sistema serotoninérgico y la
conducta suicida. INTERNATIONAL JOURNAL OF PSYCHOLOGICAL
5. Nielsen DA, Virkkunen M, Lappalainen J. A Tryptophan Hydroxylase Gene Marker
for Suicidality and Alcoholism. Arch Gen Psychiatry. julio de 1998;55(7):593–602.
6. Pandey GN, Dwivedi Y, Hooriyah S. Rizavi MS, Ren X, Conley RR. Decreased
Catalytic Activity and Expression of Protein Kinase C Isozymes in Teenage Suicide
Victims. ARCH HEN PSYCHIATRY. julio de 2004;61:685–93.