La pandemia del Covid-19 (coronavirus) ha trastornado todas las condiciones
que mantienen en equilibrio la vida de los seres humanos; no sólo es un problema de salud pública (aunque si principalmente), sino también afecta lo económico y lo social, generando incertidumbre y malestar en todos nosotros.
La situación ha llevado a los gobernantes del mundo a tomar medidas, hasta cierto punto radicales, como mantener el aislamiento obligatorio, establecer
cuarentena a las personas infectadas o que estuvieron en contacto con pacientes afectados por la enfermedad. Pero como vemos, indistintamente de
eso, todos estamos cumpliendo cuarentena tengamos o no contacto con vectores del virus.
Esto nos puede generar una preocupación constante e inducirnos a estarhiperconectados a los diversos medios de comunicación y redes sociales, interfiriendo con nuestra capacidad de filtrar la avalancha de contenidos que nos viene encima.
Estamos en un momento que se percibe como peligroso y podemos sentir que todo conspira en nuestra contra. Si lo explicamos desde el punto de vista de las neurociencias,lo que ocurre es que la parte del cerebro más primitiva nos está llevando a “defendernos” de los ataques reales o irreales que tenemos alrededor, generando que, al momento de crisis.
tomar decisiones, manifestemos conductas guiadas mucho más por lo emocional que por lo racional. Un buen ejemplo de ello es cuando vemos las aglomeraciones y largas filas en los supermercados de personas haciendo compras para acaparar productos que muchas veces no van a utilizar o que por comprar en demasía terminan dañados.
“Caer en una histeria colectiva puede ser más peligroso que la misma pandemia”
¡Es el momento de demostrar los solidario que podemos ser! con planificación podemos disminuir el impacto que genera la sensación de desabastecido. Nuestra conducta individual, hoy más que nunca, debe influir de manera positiva en la
colectividad. Seamos portadores de tranquilidad. Cuando estés en el supermercado o la farmacia, haz un ejercicio de control, intenta caminar con la velocidad que normalmente
lo haces (no corras), toma sólo lo que necesites para el tiempo que has programado tu compra (si te programaste comprar para una semana, no caigas en la tentación de llevar
cosas que no vas a utilizar en ese tiempo) y por supuesto, toma las medidas de protección
que recomiendan las autoridades del Ministerio de Salud Pública.
Cerrando este escrito me apego a la frase de Robert Louis Stevenson “La vida no es cuestión de tener buenas cartas, sino de jugar bien con una mano pobre”.
Por: Dr. Víctor L. Figueroa A. – Médico Psiquiatra
Psiquiatrafigueroa.com
psiquiatrafigueroa@gmail.com