La enfermedad de Parkinson es una patología neurodegenerativa, crónica e invalidante que afecta a más de 160.000 familias en España, y cuya incidencia se estima que se duplicará en 20 años.
Esta enfermedad se produce por la pérdida de neuronas en la sustancia negra, lo que provoca falta de dopamina en el organismo, sustancia necesaria para el control del movimiento.
Se presenta a través de un gran abanico de síntomas motores, como la rigidez o la lentitud, y no motores, como la depresión o los trastornos del sueño, que afectan a la calidad de vida y autonomía de las personas.
En la presentación de la Guía, el presidente de la FEP, Leopoldo Cabrera, destacó su importancia para las personas afectadas: ” ctualmente tardamos entre 3 y 5 años en recibir el diagnóstico de párkinson. Esta guía facilitará que desde la consulta de atención primaria se puedan detectar los primeros síntomas y llegar pronto a un diagnóstico certero”.
“Con este material -prosiguió- se promueve un seguimiento de la persona afectada más personalizado, basado en la coordinación entre los profesionales de neurología, farmacia y atención primaria. Esperamos que este proyecto sea el inicio de un movimiento de colaboración entre los diferentes agentes implicados en la enfermedad de Parkinson para conseguir una atención personalizada y de calidad de las personas afectadas, sea cual sea su situación y lugar de residencia”.
Jesús Aguilar, presidente del CGCOF, resaltó que el abordaje multidisciplinar del párkinson requiere de la actuación coordinada de médicos de atención primaria y farmacéuticos comunitarios, al tiempo que destacó la labor que pueden llevar a cabo los farmacéuticos “identificando signos tempranos y criterios de derivación a Atención Primaria, optimizando la terapia farmacológica por el conocimiento que tiene de toda la medicación utilizada o fomentando la educación sanitaria a personas afectadas y sus cuidadores con consejos – por ejemplo – para facilitar la deglución de alimentos o ayudas técnicas concretas”.
Desde la SEN, su presidente, Exuperio Díez Tejedor, subrayó: “El diagnóstico correcto y temprano de la enfermedad de Parkinson es un requisito fundamental para mejorar la calidad de vida del paciente porque, afortunadamente, contamos con tratamientos farmacológicos y no farmacológicos que han resultado de gran utilidad, sobre todo en etapas tempranas de la enfermedad, tanto para sus síntomas motores como los no motores”.