Un brote de una enfermedad aún no identificada ha alarmado a las autoridades sanitarias en la República Democrática del Congo (RDC), donde ya se han registrado 419 casos y 60 fallecimientos, muchos de ellos en niños. La infección, de rápida propagación y alta letalidad, se ha detectado en las provincias de Equateur, afectando especialmente a los pueblos de Boloko y Bomate. Las autoridades han implementado medidas restrictivas para contener su avance mientras se investiga el origen del brote. Medios informativos como Infobae, Euronewa entre otros, se hacen eco de este acontecimiento.
Según las investigaciones, los síntomas incluyen hemorragias nasales, vómitos con sangre y sangrados internos, con un desenlace fatal en menos de 48 horas en muchos casos. Hasta el momento, se han descartado enfermedades como el Ébola y el virus de Marburgo, lo que ha llevado a expertos internacionales a considerar la posibilidad de un patógeno desconocido o una enfermedad zoonótica. La OMS ha enviado equipos a la región para recolectar muestras y continuar con la investigación epidemiológica.
Un posible vínculo con animales ha sido señalado tras informes que indican que algunos de los niños fallecidos consumieron murciélagos antes de enfermarse. Los murciélagos han sido identificados previamente como reservorios de virus mortales, por lo que los científicos evalúan esta hipótesis. No obstante, la OMS ha advertido que aún es necesario confirmar esta información y evitar la propagación de rumores mientras se obtienen datos concluyentes.
El brote ocurre en un país con una infraestructura sanitaria limitada, donde el 60% de la población vive en pobreza extrema y la malnutrición es un factor agravante en la salud pública. Expertos advierten que, si no se logra identificar y contener rápidamente la enfermedad, existe el riesgo de que se propague a otras regiones dentro y fuera del país. Las investigaciones continúan para determinar la causa exacta de la infección y frenar su expansión.
Por: Felvill Villalona -Epidemiólogo