Desde que se declaró como epidemia, el SIDA ha continuado siendo un problema, no solo para salud pública, sino además para las poblaciones vulnerables, en especial la población joven que escasamente toma medidas de protección ante promiscuidad. Según las estadísticas de la OMS, más de 85 millones de personas fueron infectadas por el virus de la inmunodeficiencia humana o VIH (HIV por sus siglas en inglés), de estos cerca del 50% ha fallecido por enfermedades oportunistas relacionado con este virus.
En la actualidad unas 45 millones de personas conviven con este virus y en lo que va de año 2024, se han reportado unas 1.5 millones de muertes relacionadas a la infección por VIH y SIDA. En la República Dominicana, unos 80,000 personas conviven con el VIH y una de las enfermedades oportunistas más frecuente es la tuberculosis pulmonar.
Cabe destacar que VIH y SIDA, muchas veces lo catalogan sinónimos, pero se aclara que el VIH es el agente causal y el SIDA es el resultado de esta infección, en la cual se caracteriza por la debilidad marcada del sistema inmune del organismo invadido, al afectar las líneas de defensa de los glóbulos blancos, menciónese Linfocitos de la serie T CD4, además de otras células de la defensa como las dendríticas, macrófagos, entre otras. Este virus al entrar a la celula por la afinidad de la glicoproteina gp120 de su superficie y la CD4 del linfocito, para luego invadirla y convertirla en una máquina de copias (réplicas), así estos nuevos virus continúan el ciclo hasta desarrollar la infección aguda, que mas tarde se torna crónica y finalmente se llega a la etapa de SIDA.
Las enfermedades oportunistas que hacen el estrago en el paciente infectado se desarrollan en el escenario de la debilidad inmunitaria, ya que los microbios causales son comensales en nuestro organismo, es decir, hay colonias en diferentes partes de nuestro cuerpo, pero no desarrollan infección debido a que el sistema inmune esta saludable y fuerte, pero en estas personas infectadas y desarrollar el SIDA, pues les abre las puertas y puede iniciarse infecciones poco comunes, entre estas:
Infecciones bacterianas:
1. Tuberculosis (TB): Causada por Mycobacterium tuberculosis. Es una de las infecciones más frecuentes y mortales en personas con VIH, especialmente en países en desarrollo.
2. Neumonía bacteriana recurrente: Por bacterias como Streptococcus pneumoniae y Haemophilus influenzae.
3. Mycobacteriosis no tuberculosa: Infecciones por Mycobacterium avium complex (MAC).
Infecciones virales:
1. Citomegalovirus (CMV): Puede causar retinitis, esofagitis, colitis, y enfermedades del sistema nervioso central.
2. Virus del herpes simple (VHS): Infecciones recurrentes o graves en piel, mucosas o el sistema nervioso.
3. Virus del herpes zóster (VHZ): Reactivación de la varicela, que provoca culebrilla o herpes zóster.
4. Virus del papiloma humano (VPH): Asociado a cáncer cervical y anal.
Infecciones fúngicas:
1. Candidiasis: Afecta la cavidad oral, esófago y vagina. Es especialmente común la candidiasis esofágica.
2. Neumonía por Pneumocystis jirovecii (PCP): Una infección pulmonar que era muy común antes de la terapia antirretroviral.
3. Cryptococcosis: Infección fúngica que afecta el sistema nervioso central, causando meningitis.
4. Histoplasmosis: Frecuente en regiones endémicas; afecta los pulmones y puede diseminarse.
Infecciones parasitarias:
1. Toxoplasmosis cerebral: Causada por Toxoplasma gondii, afecta el cerebro y es potencialmente mortal.
2. Criptosporidiosis: Provoca diarrea crónica, asociada a Cryptosporidium.
3. Isosporiasis: Infección intestinal que causa diarrea prolongada.
Cánceres asociados:
1. Sarcoma de Kaposi: Un tipo de cáncer causado por el herpesvirus humano tipo 8 (HHV-8).
2. Linfoma no Hodgkin: Especialmente los linfomas primarios del sistema nervioso central.
3. Cáncer cervical invasivo: Asociado a infecciones persistentes por VPH.
Otras condiciones oportunistas:
• Leucoencefalopatía multifocal progresiva (LMP): Enfermedad del sistema nervioso central causada por el virus JC.
Estas enfermedades, con excepción de la tuberculosis, han sido controladas gracias a las terapias, que hoy día han logrado mejorar la calidad y expectativa del padeciente. Aunque no hay vacunas que puedan prevenir la infección ni tratamientos farmacológicos que curen la enfermedad, en el mercado se adquieren fármacos que protegen evitando la entrada del virus a la célula diana (terapia preexposición) y la terapia antiretroviral (TAR) que ha ayudado a que el afectado mejore su calidad de vida y reintegración a la sociedad.
Las relaciones sexuales sin protección y de manera promiscua constituye el principal factor de riesgo de transmisión. La transmisión vertical ha pasado a segundo plano gracias al programa para prevenir este tipo de transmisión. Las medidas preventivas no han variado desde que se declaró el SIDA pandemia, siendo la abstinencia sexual para los que no han iniciado, conocer mejor a su futura pareja, además de la fidelidad de pareja y el uso de medios de barrera para prevenir esta y otras infecciones de transmisión sexual (ITS).
Es imprescindible seguir concientizando a la población, ya que la respuesta ha sido deficiente, y esto es dado por la detección de nuevos casos cada año, en especial en la población menor de 30 años. Los determinantes sociales influyen de manera significativa en esta situación, siendo educación, economía, entre otras, factores sociales que pueden favorecer a que jóvenes se expongan a actividades pocos seguras para subsistir, convirtiendo esto en un serio problema para la comunidad, autoridades de salud pública y gobierno de turno.
Cada 1 de diciembre se celebra el día mundial de la concientización sobre la infección por el VIH y SIDA, pero aun los esfuerzos hay que doblegarlos, ya que esta enfermedad continua su camino reclutando nuevos casos y devastando la sociedad con defunciones, estigmatización y perdidas millonarias en el sector salud público.
Por: Dr. Felvill Villalona Salas
Epidemiólogo