El día 12 de mayo se celebra el Día Mundial de dos enfermedades incomprendidas y a menudo infravaloradas pero que merman mucho la calidad de vida de quienes la padecen: la Fibromialgia y del Síndrome de fatiga Crónica (SFC).
Estar cansado, con dolor corporal generalizado, estado de ánimo depresivo, dificultad para dormir, hormigueos y calambres musculares, durante días o semanas, y mucho menos durante meses o años.
La incidencia de la fibromialgia (FM) no resulta fácil de concretar, sin embargo recogiendo resultados de las publicaciones internacionales más relevantes, la estimación global se sitúa entre el 1.5 y el 5% de la población mundial.
La incidencia de dolores musculares característicos de la FM, son reconocidos desde hace siglos, aunque fue en la década de 1970 cuando la enfermedad comenzó a recibir una atención seria, ya que los médicos aprendieron a identificar los puntos gatillo y algunos de los síntomas acompañantes. La Asociación Médica de los Estados Unidos, reconoció la FM como enfermedad en 1987.
Al solapamiento que acompaña al dolor, especialmente la fatiga debilitante, se suman otras muchas manifestaciones que complican y retrasan su identificación. De ahí el peregrinaje de muchos pacientes por distintos especialistas hasta diagnosticarla.
El síndrome de fatiga crónica se define como un trastorno que provoca un cansancio extremo que no mejora con el descanso. Es un tipo de fatiga que persiste en el tiempo y dura largos periodos, llegando a afectar a la capacidad de concentración y la memoria en las personas que lo padecen. Este agotamiento se puede ver agravado por la actividad física y mental, además afecta a la calidad de vida de las personas y a sus actividades cotidianas.