Cada 15 de octubre se conmemora el Día Mundial del Bastón Blanco, el mismo fue instituido por representantes de todas las organizaciones e instituciones que constituyeron la Unión Mundial de Ciegos, en París en 1980, quienes destacaron la importancia de establecer una fecha que hiciera alusión al bastón blanco como símbolo de independencia, igualdad de oportunidades e inclusión en todos los ámbitos de la sociedad.
En el mundo hay 253 millones de personas con discapacidad visual, según datos de fines de 2017 de la Organización Mundial de la Salud (OMS). De ese total, 36 millones tienen ceguera y 217 millones, discapacidad visual en diferentes niveles, de moderada a grave, también llamada “baja visión”. Este último grupo incluye personas que, aun con ayudas ópticas (como anteojos o lentes de contacto), no pueden acceder a la lectoescritura.
El bastón blanco, reconocido como símbolo que representa la ceguera y la movilidad, es aún el instrumento de orientación y movilidad más usado en el mundo. Sin embargo, estos bastones no son una realidad para la mayoría de las personas sin vista, ya que, según la OMS, el 90% de ellos vive en países en vías de desarrollo y todavía están muy lejos de poder acceder a ellos.
Este elemento esencial actúa como instrumento de identificación de personas ciegas. Por otro lado también permite que las personas con esta discapacidad se puedan desplazar de manera autónoma y más segura. Su uso facilita la detección de obstáculos en la vía pública y al ras del suelo. Frente a una ciudad llena de deterioros urbanos, este mecanismo es de vital importancia para evitar accidentes y otorgarles mayor seguridad al andar.